FELIZ DÍA AL MEJOR AITA

Juan Ignacio Astiazaran nació hace 70 años en el caserío Irigoien de Zubieta. Sus hijos Ion y Mikel han heredado de él la pasión por la sidra desde niños. Y no ha sido difícil porque desde siempre les ha hablado del mundo sidrero con mucho amor y entusiasmo.

Juan Ignacio lleva la sidra en los genes. Su padre ya la producía para consumo doméstico y también la vendía para los vecinos en Donostia. Antes que él, lo hizo su abuelo y es por eso que Juan Ignacio conoce el sector de una forma admirable y así se lo ha transmitido a Ion y Mikel.

Hace casi medio siglo que Juan Ignacio decidió abrir junto con su mujer Isabel, Iruin Sagardotegia. En los 90 fueron pioneros en introducir el menú sidrería. Un menú cerrado con precio fijo que después empezaron a implantar el resto de sagardotegis guipuzcoanas. Por aquel entonces, se pagaba por un menú de sidrería 2.500 pesetas.

La familia Astiazaran tiene cerca de 600 manzanos. La recogida de la fruta la hacen con el kixki y el cesto, recogiendo solo las manzanas que encuentran por el suelo. Dicen que son las que están en el punto óptimo de maduración. 

Elaboran la sidra a la antigua usanza, de forma artesanal y utilizando seis variedades de manzanas secretas y diferentes. El resultado: una sidra 100% natural y sin productos químicos. La producción es modesta. Apuestan por la calidad más que por la cantidad y la familia asegura que se vende todo. En la actualidad, una pequeña parte se exporta a Estados Unidos, Finlandia y Japón. Se podría decir que es una sidra de “autor”.

Ion y Mikel son ahora el futuro de Iruin. La cuarta generación Astiazaran. Una tradición familiar con más de 120 años de historia. Y aunque Juan Ignacio se jubiló hace ya unos años y ha pasado el testigo a sus hijos, él sigue siendo el alma mater de la sagardotegi: referente, mentor y como dicen Ion y Mikel, una gran persona.